viernes, 16 de noviembre de 2012

La FIBROMIALGIA en el diván


Dra. Angeles Sánchez Valis
Freud decía que la histeria era la pesadilla de la medicina y que en el sentido más estricto del término era una neurosis (1888). Actualmente, la fibromialgia ha venido a ser una pesadilla en la medicina moderna y, al igual que las histéricas de hace dos siglos, quienes muchas veces fueron lastimadas en sus tratamientos, también a las pacientes con fibromialgia, se les realizan distintos estudios de laboratorio y gabinete que en las más de las veces resultan dolorosos e invasivos, en el afán de diagnosticarlas.
El término de neurosis histérica desapareció del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales desde la publicación del DSM III en 1980. Los signos y síntomas característicos de esta patología se englobaron en otras entidades nosológicas, en estricto sentido de la palabra con razón ya que se desvinculan los síntomas de lo que supuestamente provocaba la enfermedad, que era la migración del útero, descartándose que pudiera presentarse en hombres, cosa que Charcot y Freud rebatieron.
En 1976 se empezó a utilizar el término de fibromialgia para definir la enfermedad que se caracteriza por fatiga extrema, dolor corporal persistente, difuso y generalizado, con predominio en la región lumbar, cuello, tórax y muslos, calambres o espasmos dolorosos y localizados, rigidez de intensidad variable de músculos, tendones y tejido blando circundante, dificultad para dormir, sueño no reparador, ligero e inestable, con pesadillas, y gran cantidad de descargas dolorosas en los músculos durante la noche, lo que acentúa el cansancio y la fatiga, rigidez matutina, dolores de cabeza, problemas con el pensamiento y la memoria, síntomas que impiden el funcionamiento cotidiano; se presenta aproximadamente entre el 3 y el 6% de la población general, siendo más frecuente en mujeres, comúnmente entre los 20 y los 50 años de edad.
Parece ser que la fibromialgia ha venido a ser la heredera de la neurosis histérica en la medicina postmoderna.
Este término cumple con ciertas expectativas de mercadotecnia e intereses financieros de la sociedad médica actual.
No se le ha encontrado un origen o lesión específica al igual que a la histeria, como ya lo mencionó Freud (1888) en los primeros escritos sobre la misma. Este autor no encontró alteración anatómica del sistema nervioso, y decía que ni en el futuro con las técnicas refinadas se podría comprobar alteración anatómica alguna, ya que sólo se encuentran modificaciones fisiológicas del sistema nervioso.
Las neurociencias solo han encontrado una posible alteración en los neuromediadores de la sensibilización y un umbral doloroso bajo, por lo cual la fibromialgia ha sido relacionada con la depresión y trastornos cognoscitivos.
Dada la naturaleza de la fibromialgia, no existen pruebas de laboratorio disponibles para realizar el diagnóstico, y de hecho, los resultados de radiografías, análisis de sangre y biopsias musculares son normales en estos pacientes. Se han realizado estudios inmunológicos que han presentado ciertas alteraciones pero no han sido concluyentes. El diagnóstico es clínico y se establece por exclusión de otras patologías.
El tratamiento propuesto para la fibromialgia es multidisciplinario: ejercicio, psicoterapia y fármacos. Dentro de los fármacos utilizados se encuentran los antidepresivos, relajantes musculares y analgésicos. De las psicoterapias propuestas no se incluye la psicoanalítica y mucho menos el psicoanálisis, lo cual es de llamar la atención.
El pronóstico de la fibromialgia es incierto (cito) “qué chiste la tratan con antidepresivos y analgésicos y no se cura” palabras de Darai, una de mis pacientes analíticas diagnosticada con fibromialgia, que ha tenido una mejoría significativa con el proceso psicoanalítico.
Si revisamos las bases neuroanatomías (circuito límbico-talámico-cortical), químicas (neurotransmisores) y fisiológicas (eje hipotálamo-hipófisis-tiroides-suprarrenales) de las emociones, que incluyen la depresión y la ansiedad, entendemos perfectamente toda la sintomatología que se presentan en las pacientes con fibromialgia, incluso la posible alteración de anticuerpos, pero como previamente lo mencionó Freud “no se encuentra un origen o lesión especifica”.
Sin embargo si buscamos desde el diván y escuchamos con atención flotante, y nos permitimos junto con nuestro paciente navegar por el océano de lo inconsciente, cada síntoma nos revela su secreto.
Freud difícilmente abandonaba un estudio psíquico de sus pacientes, sino que proseguía el análisis a estratos más profundos hasta encontrar la causa o el determinismo del síntoma como lo menciona en el caso de la señorita Elizabeth von R.
Considero que lo importante es escuchar al paciente, adentrarnos en su inconsciente para tratar de comprender los intrincados caminos que siguió su energía psíquica durante el desarrollo del psiquismo y cómo fue libidinizando su cuerpo. No es importante etiquetarlo con tal o cual diagnostico, buscar un origen en una u otra teoría, lo más importante es conocer a las pacientes, conocerlas en lo más profundo de su psique; y reflejarlas para que se miren en el espejo del psicoanálisis, aprendiendo a conocerse desde otro ángulo, teniendo otra mirada para sí mismas, logrando libidinizar en forma diferente su cuerpo y que la energía fluya a través de él, sin quedarse estancada, provocando dolor y sufrimiento.
Frida Kahlo decía que para qué quería piernas si tenía alas para volar, pero parece ser que en la fibromialgia las alas no crecen y como decía Darai, cuando era chica y empezaba con síntomas corporales “me dolían las alitas”, haciendo alusión al dolor que sentía en la espalda y que con el paso de los años se incrementa y se extiende; así, cuando inició el tratamiento las piernas y la fatiga crónica le impedían caminar o volar hacia la libertad, manteniéndola presa de ese cuerpo dolorido que la inmovilizaba como una coraza.
Fue como con la Gorgona que cuando intentaban mirarla se convertía en piedra, ¿es la mirada de la madre quien las convierte en piedra? Porque en pacientes que he tenido oportunidad de tratar con el método psicoanalítico, la relación con la madre es intensa y sumamente ambivalente. Expresan en el diván que el dolor de la espalda es como si llevaran cargando a la madre.
¿O el amor del padre? Que con tal de no perderlo, permanecen infantilizadas, Darai decía “quiero resolver mi Edipo”.
Definitivamente cada caso es distinto, guardando un secreto en su cuerpo que grita de dolor y sufrimiento, deseoso de revelarse al oído que escucha.
No se trata de restar en el tratamiento de la fibromialgia, sino de sumar a los analgésicos, antidepresivos y relajantes musculares, el psicoanálisis para ayudarlas a resolver el conflicto entre la psique y el cuerpo.
Bibliografía
  • Freud S. (1888) Histeria, obras completas Tomo I, Buenos Aires Amorrortu.
  • Freud S. (1893) Estudio comparativo de parálisis motrices orgánicas e histéricas, obras completas tomo I, Buenos Aires Amorrortu.
  • Freud S. (1893-95) Estudios sobre la histeria, obras completas tomo II, buenos aires, Amorrortu.
  • Freud S (1919) Pegan a un niño, tomo XVII, Buenos Aires Amorrortu.
  • Decker H. Freud Dora y la Viena de 1900, Madrid Biblioteca nueva.
  • Bleichmar E. El feminismo espontáneo de la histeria Madrid Adotraf.
  • Laplanche J. Vida y muerte en psicoanálisis.
  • Nasio J. El dolor de la histeria Buenos Aires, Paidós.
  • Stahl S. Dolor crónico y fibromialgia, aula médica Madrid.
  • Taylor, R. (2006) Medicina de familia (6ta edición). Elsevier, España.




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