Dra.
Angeles Sánchez Valis
Freud
decía que la histeria era la pesadilla de la medicina y que en el
sentido más estricto del término era una neurosis (1888).
Actualmente, la fibromialgia ha venido a ser una pesadilla en la
medicina moderna y, al igual que las histéricas de hace dos siglos,
quienes muchas veces fueron lastimadas en sus tratamientos, también
a las pacientes con fibromialgia, se les realizan distintos estudios
de laboratorio y gabinete que en las más de las veces resultan
dolorosos e invasivos, en el afán de diagnosticarlas.
El
término de neurosis histérica desapareció del Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales desde la publicación del
DSM III en 1980. Los signos y síntomas característicos de esta
patología se englobaron en otras entidades nosológicas, en
estricto sentido de la palabra con razón ya que se desvinculan los
síntomas de lo que supuestamente provocaba la enfermedad, que era la
migración del útero, descartándose que pudiera presentarse en
hombres, cosa que Charcot y Freud rebatieron.
En
1976 se empezó a utilizar el término de fibromialgia para definir
la enfermedad que se caracteriza por fatiga extrema, dolor corporal
persistente, difuso y generalizado, con predominio en la región
lumbar, cuello, tórax y muslos, calambres o espasmos dolorosos y
localizados, rigidez de intensidad variable de músculos, tendones y
tejido blando circundante, dificultad para dormir, sueño no
reparador, ligero e inestable, con pesadillas, y gran cantidad de
descargas dolorosas en los músculos durante la noche, lo que
acentúa el cansancio y la fatiga, rigidez matutina, dolores de
cabeza, problemas con el pensamiento y la memoria, síntomas que
impiden el funcionamiento cotidiano; se presenta aproximadamente
entre el 3 y el 6% de la población general, siendo más frecuente
en mujeres, comúnmente entre los 20 y los 50 años de edad.
Parece
ser que la fibromialgia ha venido a ser la heredera de la neurosis
histérica en la medicina postmoderna.
Este
término cumple con ciertas expectativas de mercadotecnia e
intereses financieros de la sociedad médica actual.
No
se le ha encontrado un origen o lesión específica al igual que a la
histeria, como ya lo mencionó Freud (1888) en los primeros escritos
sobre la misma. Este autor no encontró alteración anatómica del
sistema nervioso, y decía que ni en el futuro con las técnicas
refinadas se podría comprobar alteración anatómica alguna, ya que
sólo se encuentran modificaciones fisiológicas del sistema
nervioso.
Las
neurociencias solo han encontrado una posible alteración en los
neuromediadores de la sensibilización y un umbral doloroso bajo, por
lo cual la fibromialgia ha sido relacionada con la depresión y
trastornos cognoscitivos.
Dada
la naturaleza de la fibromialgia, no existen pruebas de laboratorio
disponibles para realizar el diagnóstico, y de hecho, los resultados
de radiografías, análisis de sangre y biopsias musculares son
normales en estos pacientes. Se han realizado estudios inmunológicos
que han presentado ciertas alteraciones pero no han sido
concluyentes. El diagnóstico es clínico y se establece por
exclusión de otras patologías.
El
tratamiento propuesto para la fibromialgia es multidisciplinario:
ejercicio, psicoterapia y fármacos. Dentro de los fármacos
utilizados se encuentran los antidepresivos, relajantes musculares y
analgésicos. De las psicoterapias propuestas no se incluye la
psicoanalítica y mucho menos el psicoanálisis, lo cual es de llamar
la atención.
El
pronóstico de la fibromialgia es incierto (cito) “qué chiste la
tratan con antidepresivos y analgésicos y no se cura” palabras de
Darai, una de mis pacientes analíticas diagnosticada con
fibromialgia, que ha tenido una mejoría significativa con el
proceso psicoanalítico.
Si
revisamos las bases neuroanatomías (circuito
límbico-talámico-cortical), químicas (neurotransmisores) y
fisiológicas (eje hipotálamo-hipófisis-tiroides-suprarrenales) de
las emociones, que incluyen la depresión y la ansiedad, entendemos
perfectamente toda la sintomatología que se presentan en las
pacientes con fibromialgia, incluso la posible alteración de
anticuerpos, pero como previamente lo mencionó Freud “no se
encuentra un origen o lesión especifica”.
Sin
embargo si buscamos desde el diván y escuchamos con atención
flotante, y nos permitimos junto con nuestro paciente navegar por el
océano de lo inconsciente, cada síntoma nos revela su secreto.
Freud
difícilmente abandonaba un estudio psíquico de sus pacientes, sino
que proseguía el análisis a estratos más profundos hasta encontrar
la causa o el determinismo del síntoma como lo menciona en el caso
de la señorita Elizabeth von R.
Considero
que lo importante es escuchar al paciente, adentrarnos en su
inconsciente para tratar de comprender los intrincados caminos que
siguió su energía psíquica durante el desarrollo del psiquismo y
cómo fue libidinizando su cuerpo. No es importante etiquetarlo con
tal o cual diagnostico, buscar un origen en una u otra teoría, lo
más importante es conocer a las pacientes, conocerlas en lo más
profundo de su psique; y reflejarlas para que se miren en el espejo
del psicoanálisis, aprendiendo a conocerse desde otro ángulo,
teniendo otra mirada para sí mismas, logrando libidinizar en forma
diferente su cuerpo y que la energía fluya a través de él, sin
quedarse estancada, provocando dolor y sufrimiento.
Frida
Kahlo decía que para qué quería piernas si tenía alas para volar,
pero parece ser que en la fibromialgia las alas no crecen y como
decía Darai, cuando era chica y empezaba con síntomas corporales
“me dolían las alitas”, haciendo alusión al dolor que sentía
en la espalda y que con el paso de los años se incrementa y se
extiende; así, cuando inició el tratamiento las piernas y la fatiga
crónica le impedían caminar o volar hacia la libertad,
manteniéndola presa de ese cuerpo dolorido que la inmovilizaba como
una coraza.
Fue
como con la Gorgona que cuando intentaban mirarla se convertía en
piedra, ¿es la mirada de la madre quien las convierte en piedra?
Porque en pacientes que he tenido oportunidad de tratar con el método
psicoanalítico, la relación con la madre es intensa y sumamente
ambivalente. Expresan en el diván que el dolor de la espalda es como
si llevaran cargando a la madre.
¿O
el amor del padre? Que con tal de no perderlo, permanecen
infantilizadas, Darai decía “quiero resolver mi Edipo”.
Definitivamente
cada caso es distinto, guardando un secreto en su cuerpo que grita de
dolor y sufrimiento, deseoso de revelarse al oído que escucha.
No
se trata de restar en el tratamiento de la fibromialgia, sino de
sumar a los analgésicos, antidepresivos y relajantes musculares, el
psicoanálisis para ayudarlas a resolver el conflicto entre la psique
y el cuerpo.
Bibliografía
- Freud S. (1888) Histeria, obras completas Tomo I, Buenos Aires Amorrortu.
- Freud S. (1893) Estudio comparativo de parálisis motrices orgánicas e histéricas, obras completas tomo I, Buenos Aires Amorrortu.
- Freud S. (1893-95) Estudios sobre la histeria, obras completas tomo II, buenos aires, Amorrortu.
- Freud S (1919) Pegan a un niño, tomo XVII, Buenos Aires Amorrortu.
- Decker H. Freud Dora y la Viena de 1900, Madrid Biblioteca nueva.
- Bleichmar E. El feminismo espontáneo de la histeria Madrid Adotraf.
- Laplanche J. Vida y muerte en psicoanálisis.
- Nasio J. El dolor de la histeria Buenos Aires, Paidós.
- Stahl S. Dolor crónico y fibromialgia, aula médica Madrid.
- Taylor, R. (2006) Medicina de familia (6ta edición). Elsevier, España.
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