En esta ocasión APM rinde un tributo a otro de nuestros fundadores, el Dr. José Remus Araico. Por está razón se exhibe dentro de las instalaciones de APM una magnífica muestra de las fotografías que “Pepe”, como se le solía decir, tomó durante los diferentes viajes que realizaba para practicar su deporte favorito, el buceo. Continuando con este tributo, les compartimos este trabajo escrito por su esposa, la Dra. Estela Galván de Remus y su hijo, el Mtro. José Remus Galván.
LA
ESCLAVITUD INVISIBLE…EN EL DIVÁN
DRA.
ESTELA GALVÁN DE REMUS Y MTRO. JOSÉ REMUS GALVÁN
Ponencia
al Congreso de la APM, Ixtapan de la Sal, 11 y 12 de mayo de 2012
Titulamos
de este modo este trabajo porque abarca algunas reflexiones sobre el
libro que dejó en preparación el Dr. José Remus Araico
(1922-2009), La Esclavitud Invisible, Bases para una Psicología
Social Psicoanalítica, en colaboración y también reflexiones
sobre su quehacer clínico.
La
idea de hacer un libro que compendiara sus más de 150 trabajos,
sobre todo ponencias a congresos, surgió de difundir de manera
organizada y accesible la experiencia y riqueza de su labor
psicoanalítica marcada por un fuerte interés por la problemática
social, junto con el gusto por el buceo y la etología, durante casi
cincuenta años como profesional pero también como maestro en los
seminarios de la Asociación Psicoanalítica Mexicana y en las aulas
universitarias.
Este
trabajo lo inicié con él, en sesiones discontinuas pero intensas,
en 2001 o 2002. Al ir mermando sus fuerzas por la cardiopatía que
sufría desde diez años atrás, y avanzar el cáncer, él decidió
paralelamente reunir sus escritos en un CD (que obsequió a casi
todos ustedes en 2003-2004), junto con otro CD con casi cien fotos
submarinas. El libro quedó suspendido y ahora lo hemos querido
terminar.
El
título de La Esclavitud Invisible resulta cautivador. Un
ejemplo asombroso es el conjunto de vínculos que congregó a los
fundadores de la APM (y varios de la primera generación), quienes en
su mayoría murieron entre 2008 y 2011, ya sabiendo que el congreso
de la Internacional sería aquí en 2011, como si hubiera habido un
pacto inconsciente e invisible de que ‘la misión estaba cumplida’.
La
psicología social es una disciplina “puente”, como gustaba decir
mi padre, entre la psicología y la sociología, y se considera que
comenzó con los trabajos de Wündt a fines del siglo XIX. Es ya una
rama de la psicología, junto a la educativa, la clínica, la
organizacional. Los enfoques son diversos, dependiendo también del
paradigma del cual parten: cognoscitivo, conductual, psicoanalítico,
etc.
La
aportación de Freud en las primeras décadas del siglo XX resultó
fundamental para entender muchos fenómenos del convulsivo principio
de siglo: el comienzo de la cultura de masas, las guerras mundiales,
el avance de investigaciones y exploraciones arqueológicas y
antropológicas que brindaban a las ciencias humanas un material rico
para comprender todo un nuevo ámbito de fenómenos que permanecían
“invisibles”. Las obras de Freud Totem y Tabú (1912),
Psicología de las Masas y Análisis del Yo (1921), El Porvenir de
una Ilusión (1925), El Malestar en la Cultura (1929) y Moisés y el
Monoteísmo (1939), su gran trabajo de madurez, podemos decir que
fundaron la psicología social psicoanalítica.
Algunos
consideran que la psicología social ‘nace’ con la teoría de la
disonancia cognoscitiva de Leo Festinger (1947), que
rápidamente se convirtió en un poderoso instrumento para inducir
cambios cognitivos y afectivos en la actitud y el comportamiento.
No
sólo los cambios en la realidad social, sino en las ciencias
sociales para comprender dichos cambios—e incluso para prevenir
futuros desastres, o, por desgracia, para usarlos a favor del
poder—han motivado la sistematización de los paradigmas, que en el
libro La Esclavitud Invisible es llamada Principios
Isomórficos. Partiendo de la Psicología Social Psicoanalítica como
una transdisciplina, en el sentido de Piaget y García (1980) entre
la psicología social, el psicoanálisis, las ciencias sociales, la
etología y la sociobiología, se concibe al psicoanálisis como
‘concepto puente’ entre lo genético y lo cultural, donde las
identificaciones funcionarían como ‘genes de transmisión
cultural’.
Además
de los conceptos de la primera y la segunda tópica de Freud, se hace
uso de los mecanismos de defensa, los organizadores yoicos de Spitz,
los hallazgos del desarrollo infantil de Mahler, la identidad y la
identificación, la crisis de identidad. También el medio social y
la psicopatología de las instituciones sociales y la psicología del
Yo. Un espacio especial se dedica a plantear como posible meta de la
PSP el abatir el ‘extrañamiento primario del otro’, como
describe Spitz que sucede alrededor de los ocho meses de edad; una
educación del bebé en el seno familiar podría inducir un cambio
cultural importante hacia una sociedad más tolerante.
Un
lugar importante en el instrumental de esta transdisciplina lo ocupa
el conflicto paranoide, la identificación con el agresor, la
situación dilemática y el Tercero mediador, como amortiguador de
las tensiones y grupos de poder al interior y exterior de las
organizaciones para evitar o reducir el ‘canibalismo’ cultural en
la sociedad urbana actual. Se aborda así el narcisismo irresponsable
de las élites.
La
identidad del mexicano, una preocupación recurrente del Dr. Remus
Araico, se aborda en la segunda parte de este libro. Muchos otros
fenómenos de interés actual pueden comprenderse con esta óptica:
cómo un huérfano temprano puede evolucionar a ser un líder por la
identificación proyectiva; el por qué de las guerras de
retaliación; la perversión del poder, y dentro de este, el
crecimiento de los grupos de narcotraficantes y las extensas luchas
por territorios y mercados; la identificación con el agresor y el
fenómeno del bullying, que siempre ha existido, pero su
amplificación por las redes sociales; el cambio del rol de la mujer
de ser quien da de comer a la familia y además es objeto de placer
sexual, a un rol activo e importante, y ya no tan subordinado, en la
economía, la política y la cultura.
En la
tercera parte se incluyen investigaciones de campo, así como las
diversas técnicas que usó en numerosos estudios; y cierra con un
glosario, bibliografía y resúmenes de algunos libros y artículos,
dado que estaba pensado para servir como texto para clases de
licenciatura en diversas carreras del área social, además de estar
dirigido a especialistas.
La aplicación de estos conceptos en investigación social y en los
cursos de educación superior ha sido muy útil. Por ejemplo los
Grupos de Discusión Dirigida (GDD) resultan una técnica más
flexible que las encuestas que se emplean tradicionalmente con
métodos cuantitativos; se percibe una influencia de Pichon Riviere,
con quien estudió y trabajó el Dr. Remus Araico, y sus Grupos
Operativos, pero en un grupo que sirve para investigar, no para hacer
una tarea. Asimismo la comprensión de la defensa de la identidad en
los movimientos de Indignados que se oponen a la globalización
líquida, como le llama Bauman.
Quedan varios temas que serán desarrollados en el cuerpo del libro:
los huérfanos tempranos (y cómo muchos líderes tiene ese origen),
la retaliación y amenaza nuclear, la perversión del poder (ahora
con el fenómeno del ‘narco’), la identificación con el agresor
(en el Síndrome de Estocolmo y en el bullying, así como el
de chivo expiatorio), la influencia de las redes sociales, la
liberación de la mujer y la nueva responsabilidad compartida entre
géneros, los adultos mayores, los discapacitados, pobres y
marginados, etc.
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