martes, 24 de enero de 2012

Winnicott, Kafka y la muñeca viajera: destinos de lo transicional

















Queremos compartir el resumen de una de las Conferencias Magistrales que se presentaron durante el LI Congreso Nacional de APM, en esta ocasión fue titulada “Winnicott, Kafka y la muñeca viajera: destinos de lo transicional” y fue presentada por el Mtro. Ricardo Velasco Rosas, Psicoanalista de nuestra Asociación. Esta conferencia genero gran interés entre el publico asistente quienes realizaron múltiples comentarios. Felicitamos mucho a Ricardo por el éxito.





Winnicott, Kafka y la muñeca viajera: destinos de lo transicional.


RESUMEN:

Cuentan los estudiosos de la vida y obra de Kafka (1883-1924) que unos meses antes de morir, estando en el parque Stiglitz de Berlín, Franz Kafka encontró a una niña llorando porque su muñeca había desaparecido. El escritor conmovido por la pérdida, creó espontáneamente una historia y le dijo a la niña que su muñeca se había ido de viaje, y que él -siendo un “cartero de muñecas”- iba a leerle durante unas semanas, cartas “escritas por su muñeca” en las contaría su viaje por el mundo, todo ello con la intención de la niña pudiera despedirse de su muñeca sin que la separación fuera tan súbita, como si lo había sido su misteriosa desaparición.

Esta anécdota de misterioso encanto, no pasó desapercibida por plumas de la talla del escritor neoyorkino Paul Auster (en Brooklin follies, 2005) o del catalán Jordi Sierra quien recibiera en 2007, el premio nacional de literatura infantil y juvenil por su libro “Kafka y la muñeca viajera” en el qué tuvo a bien escribir las cartas nunca encontradas de Kafka.

Una anécdota así, tampoco puede pasar desapercibida por el ojo psicoanalítico, de modo que es la intención de este trabajo reflexionar sobre esta última vivencia kafkiana -acompañados de Winnicott (1951, 1959, 1971)- y profundizar sobre los fenómenos transicionales, su complejidad, su destino y su misterio.

De este modo bajo el vértice winnicottiano, las expresiones humanas como el juego, el arte, la religión entre otras, son herederas del destino transicional, y a lo largo de la vida, serán manifestaciones paradojales para procesar los cambios psíquicos, ya que su misma naturaleza permiten a su creador poder permanecer en “espacios y tiempos intermedios” o de “cesura” (Bion , 1977), donde coexiste la interno y lo externo, lo presente y lo pasado, lo fantaseado y lo real, sin que esta ambigüedad implique una experiencia patológica, sino en cambio, la más vital y humana de las vivencias .

¿Dónde está el niño mientras juega? es la pregunta que Winnicott plantea a su lector a la largo de toda su obra; ¿dónde está mi muñeca? es la pregunta que la niña planteó a un moribundo Kafka -quien también se encontraba en transición hacia la muerte- a lo que este trabajo añade una tercer pregunta: ¿dónde están paciente y analista mientras transcurre una sesión analítica?

En suma, a partir de esta anécdota de un Kafka moribundo y una niña doliente, se reflexiona sobre el uso de los fenómenos transicionales en momentos de duelo y transformación, concluyendo que la experiencia psicoanalítica puede ser vista como un sofisticado “juego” patrocinado por el dispositivo transferencial-contratransferencial, en donde el analista funge como “cartero de muñecas” para que durante el análisis se puedan escribir las “cartas no escritas” , o bien se concluyan las “cartas interumpidas” del paciente; utilizando como referencia la nomenclatura de Ogden (2005) que propone los síntomas neuróticos como “sueños interrumpidos” y los síntomas psicóticos como “sueños no soñados”.  

Ricardo Velasco Rosas
Psicoanalista Adherente APM.
Conferencia Magistral.
Noviembre de 2011.

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