El
Dr. Agustín Palacios y López, ex- Vicepresidente de la IPA y ex-
Presidente de APM, profesor de numerosas generaciones de analistas y
Profesor Asociado de la Universidad de Texas, falleció en la
ciudad de México, la misma que lo vio nacer, el pasado 16 de
Noviembre, en plenitud de facultades y preparado para salir a dar su
entrañable Seminario de los miércoles.
Siendo un niño, perdió a su padre por apendicitis aguda, evento que lo signó para seguir la carrera de Medicina. Fue un alumno brillante en el Instituto Politécnico Nacional, el primero en ganar una beca para seguir una formación de posgrado en la Universidad de Texas en Galveston.
Ahí, entre 1950 y 1954 se hizo Neuropsiquiatra bajo la tutela del Dr. Titus Harris -nombre que lleva el Instituto de Psicoanálisis- ,un agudo clínico que lo orientó a buscar la cura de la psicosis más allá de las fenotiazinas y los electrochoques, cuando apenas debutaban.
Su gran inquietud intelectual lo trajo de regreso a México, y encontró, en las voces de Frida Zmud, José Luis González, Ramón Parres y José Remus, el eco de su propia búsqueda en el Psicoanálisis.
Formó parte de la segunda generación de analistas de APM, su hogar y su Alma Mater, de la que siempre mantuvo el rumbo y la lealtad. Fue su Presidente de 1978 a 1980 y durante su gestión, se integraron a la formación analítica a los Doctores en Psicología, un gran logro que permitió capitalizar al Centro de Estudios de Posgrado como la gran veta que es hoy día en el crecimiento del Psicoanálisis en México.
Con el corazón puesto siempre en APM, aspiró y alcanzó la Vicepresidencia de la IPA, donde impulsó el Psicoanálisis latinoamericano con una pasión y un compromiso sin precedentes. Ningún cisma, ninguna disidencia lo hicieron dejar de confiar en su institución y en sus compañeros y alumnos, y murió soñando con verla crecer en todos los sentidos.
Entre sus libros: La Formación del Psicoanalista, Freud, su Legado un Siglo Después, Temas Dialécticos en Psicoanálisis, Técnica Psicoanalítica, El Carácter, génesis y Función, Técnica Psicoanalítica de Grupo, El Enfoque Hermenéutico de la Interpretación, entre otros.
Le sobreviven su amada esposa, Linda, que siempre estuvo a su lado y que lo acompañó hasta su último suspiro, cinco hijos, siete nietos y una pléyade de pacientes que lo quisieron con devoción y aprendieron de su estatura ética y su profesionalismo, así como de su sensibilidad como ser humano.
Como sentenció un analizando suyo y analista didáctico: "Lo malo es que nos deja el ejemplo".
Siendo un niño, perdió a su padre por apendicitis aguda, evento que lo signó para seguir la carrera de Medicina. Fue un alumno brillante en el Instituto Politécnico Nacional, el primero en ganar una beca para seguir una formación de posgrado en la Universidad de Texas en Galveston.
Ahí, entre 1950 y 1954 se hizo Neuropsiquiatra bajo la tutela del Dr. Titus Harris -nombre que lleva el Instituto de Psicoanálisis- ,un agudo clínico que lo orientó a buscar la cura de la psicosis más allá de las fenotiazinas y los electrochoques, cuando apenas debutaban.
Su gran inquietud intelectual lo trajo de regreso a México, y encontró, en las voces de Frida Zmud, José Luis González, Ramón Parres y José Remus, el eco de su propia búsqueda en el Psicoanálisis.
Formó parte de la segunda generación de analistas de APM, su hogar y su Alma Mater, de la que siempre mantuvo el rumbo y la lealtad. Fue su Presidente de 1978 a 1980 y durante su gestión, se integraron a la formación analítica a los Doctores en Psicología, un gran logro que permitió capitalizar al Centro de Estudios de Posgrado como la gran veta que es hoy día en el crecimiento del Psicoanálisis en México.
Con el corazón puesto siempre en APM, aspiró y alcanzó la Vicepresidencia de la IPA, donde impulsó el Psicoanálisis latinoamericano con una pasión y un compromiso sin precedentes. Ningún cisma, ninguna disidencia lo hicieron dejar de confiar en su institución y en sus compañeros y alumnos, y murió soñando con verla crecer en todos los sentidos.
Entre sus libros: La Formación del Psicoanalista, Freud, su Legado un Siglo Después, Temas Dialécticos en Psicoanálisis, Técnica Psicoanalítica, El Carácter, génesis y Función, Técnica Psicoanalítica de Grupo, El Enfoque Hermenéutico de la Interpretación, entre otros.
Le sobreviven su amada esposa, Linda, que siempre estuvo a su lado y que lo acompañó hasta su último suspiro, cinco hijos, siete nietos y una pléyade de pacientes que lo quisieron con devoción y aprendieron de su estatura ética y su profesionalismo, así como de su sensibilidad como ser humano.
Como sentenció un analizando suyo y analista didáctico: "Lo malo es que nos deja el ejemplo".
Escrito
por Dra. Griselda Sanchez Zago
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